domingo, 7 de agosto de 2016

Hallowed be thy name (Iron Maiden)

            “Estoy esperando en mi fría celda / cuando la campana empieza a sonar / reflexionando sobre mi vida / pero no me queda demasiado tiempo”. A veces pienso que es muy curioso cómo las canciones me han acompañado, y lo siguen haciendo, durante toda mi vida adaptándose, o yo a ellas, según el acontecimiento que esté sucediendo. Tenia previsto hablar en esta tercera entrega de otra canción (tal vez la primera en español, tal vez una melancólica, ¿verdad Luis?) pero en este último mes se me han cruzado un par de acontecimientos que han hecho que vuelva a atropellarme la cabeza la canción que hoy nos ocupa. Por un lado una serie de convalecencias familiares hospitalarias, de mayor o menor gravedad, y por el otro mi visita a Madrid para ver por primera vez en directo a los absolutamente incombustibles Iron Maiden. Los dos conectados por la temática de la canción que nos ocupa y que es uno de los clásicos que aún hoy, treinta y cinco años después de su composición, no falta nunca en ninguno de los multitudinarios conciertos de la banda. Soy consciente que este género del Heavy Metal es un poco difícil de asimilar para algunos pero… ¿Quién iba a pensar que los profundos versos que puedes leer al comienzo (y su continuación) pertenecen a una canción de estos peludos? Así que hoy toca abrir bien las mentes y las orejas porque ya se acerca La Doncella de Hierro y su “Hallowed by thy name” (Santificado sea tu nombre).



            La canción está incluida en el tercer álbum de estudio de la banda titulado “The number of the beast” (1982). Curiosamente no salió como sencillo promocional de ese disco (del cual se eligieron otros dos) y no fue hasta 1993 cuando se publicó como single de uno de los discos en vivo de Iron Maiden. Está escrita por el bajista, además de líder y miembro fundador de la banda, Steve Harris, allá por las calles londinenses de 1975. Sí, el auténtico lider de Iron Maiden toca el bajo y no canta, aunque es común verle durante todo el concierto “cantando” las canciones pero sin micrófono. La canción describe los pensamientos de un hombre momentos antes de dirigirse a la horca. El miedo y la desesperación ante la inminente tragedia dan paso a las dudas, personales y religiosas, acerca de si en realidad esta  vida es solo un paso hacia otra más verdadera, y finalmente la convicción de que esta es sólo una ilusión. A fin de cuentas él es el que va a saber, en pocos minutos, la verdad. El título, que se corea al final de la canción cuando finalmente, y después de todas sus reflexiones, el protagonista es ajusticiado, es uno de los primeros versos del “Padre Nuestro” católico. El tema comienza con un tempo lento donde el cantante Bruce Dickinson (en este disco comenzó su andadura en Iron Maiden. Durante unos años en los 90 dejó la banda para desarrollar proyectos personales, a la que volvió en el 99. Suele pilotar el boeing 747 que traslada a la banda durante las giras) deja claro la extraordinaria voz que posee (tenor) al pasar a la parte rápida dejando sostenida una nota durante toda la transición (esto se observa perfectamente en sus actuaciones en directo). Ahora recuerdo que fue exactamente esto lo que me llamó más la atención cuando comencé a escucharlos allá a mediados de los ochenta. En 2007 Hallowed by thy name fue nombrada por la edición holandesa de la revista Billboard como la mejor canción heavy metal de todos los tiempos.



            Muchos grupos heavies han versionado esta canción e incluso existe en Internet una versión “chill out” bastante curiosa, aunque debo decir que hecho en falta (o al menos no sé yo de su existencia) algún disco de versiones tributo a esta legendaria banda que sigue llenando estadios con una formación idéntica desde el año en el que se grabó esta canción.

            Sólo queda, como dije al principio, abrir bien las mentes y las orejas y disfrutar, como yo, de Hallowed by thy name.

 Hallowed be thy name (subtítulos en español). Chile 2008

Hallowed be thy name (subtítulos en inglés). Brasil 2001



            Hasta pronto y… rock and roll.